Su hogar ideal en armonía con la naturaleza

Adeline y Florent Maillet se mudaron de la ciudad al campo para construir su hogar en armonía con la naturaleza.

Cuando nos hicimos cargo de nuestra granja familiar hace unos 15 años, habíamos vivido en la ciudad y pensamos: “Si abandonamos la ciudad, tenemos que construir la casa con la que siempre habíamos soñado”. Queríamos una casa que se integrara en el paisaje, que no distorsionara su entorno: la naturaleza, los campos. Queríamos algo a escala humana. Para nosotros, la casa ideal es una casa simple. Sin florituras. ¿Quién necesita seis dormitorios y cuatro pisos? Tenemos una estufa de leña que calienta el cuerpo y el alma. Un hogar es un lugar donde nos sentimos libres, tanto en el interior como en el exterior. Tenemos espacio, tenemos luz, tenemos paz.
“Los ciclos, no la velocidad, son los que marcan el ritmo de nuestra vida. Estamos intentando encontrar nuestro propio ritmo. Resucitando la granja, pretendemos crear un vínculo entre los bisabuelos y los nietos”.
Nos encargamos de que hubiera ventanas grandes y muchas plantas. Creemos que la naturaleza es lo que realmente decora esta casa. La luz cambia con las estaciones. Cada mañana, cuando nos levantamos, siempre nos tomamos cinco minutos para contemplar el exterior. Nos quedamos frente a la ventana y miramos los árboles. Esta vista es la pantalla más bonita. Cuando llega la primavera, siempre estamos fuera: con las manos en la tierra, podando árboles, cortando el césped. En invierno, estamos dentro, al calor de la lumbre. Durante la primavera, recogemos madera que cortamos para el próximo invierno. Slow life, slow food son expresiones que están de moda. Para nosotros, no es una tendencia. Es nuestra vida. Plantamos setos y árboles, tenemos animales, que ahora tienen 10 o 15 años.
Las huellas de nuestros ancestros son visibles cada día, en el paisaje, en los muros que se han construido, en la forma de las parcelas, en los árboles frutales que plantaron. A la hora de elegir los muebles, nos gustan las cosas que tienen un pasado y despiertan emociones. Nos gustan los muebles de madera. La madera reconforta. No nos interesa la decoración por la decoración. Queremos cosas de alta calidad, que podamos legar a nuestros hijos.

Adeline Maillet es interiorista, su marido Florent es granjero. Viven en una casa ecológica de madera en su granja familia cerca de Lyon, Francia.
Vista de conjunto de los productos