Silla Standard & Chaise Tout Bois

Clásicos insuperables de Jean Prouvé

Algunos diseños del pasado permanecen insuperables y jamás pierden ni su relevancia ni su vitalidad. Este es ciertamente el caso de la silla Standard y de la Chaise Tout Bois del diseñador y constructor francés Jean Prouvé.

Formado como artesano del metal, Jean Prouvé (1901-1984) fue tanto el diseñador como el fabricante de sus propias ideas de productos. Su excepcional obra abarca casi todo lo que resulta adecuado para métodos de producción industrial, desde iluminación y muebles a sistemas de construcción modular y casas prefabricadas.

Un ejemplo destacado de este enfoque es la silla Standard de Prouvé, cuya elegante sección de bastidor trasero de fina chapa de acero curvado se asemeja a la forma del ala de un avión, con su medida más ancha en el punto donde las patas se unen al bastidor del asiento, es decir, donde se produce la mayor tensión. Durante la Segunda Guerra Mundial, cuando el metal escaseaba, Prouvé comenzó a experimentar con una versión de madera de este diseño, que finalmente dio lugar a la Chaise Tout Bois, su única silla hecha completamente de madera.
Con sus anchas patas traseras, su base de metal y su asiento de madera, la silla Standard de Prouvé es uno de los iconos de mobiliario más reconocibles y distintivos del siglo XX. La Standard SP (2013), o Siège en Plastique, introduce un nuevo material en la icónica silla de acero y madera, manteniendo el mismo perfil de diseño inconfundible de su antecesora, la silla Standard. Con la Chaise Tout Bois, la Standard y la Standard SP, la emblemática silueta creada por Jean Prouvé está ahora disponible en tres diseños de producto con diferentes opciones de material y color que pueden combinarse a la perfección.
Más de Jean Prouvé

When Limited Access to Materials Produces an Innovative Design

El original es de Vitra

Invierta en un original, porque un original siempre conservará su valor. Una imitación nunca será más que una mera copia, una idea robada. Observe las diferencias, no solo la calidad y las variaciones más evidentes, sino también el atractivo sensorial y emocional del producto auténtico. Un original es un compañero para toda la vida y bien pudiera sobrevivirle y pasar a la siguiente generación, que lo recibirá agradecida.
Leer más